Mentes
Extraordinarias: Cuando la Realidad es un Invitado Extraño
Por GAVARRE BENJAMIN
En el vasto catálogo
de dramas médicos contemporáneos, donde las salas de urgencias suelen saturarse
de diagnósticos imposibles y romances de pasillo, ha surgido una propuesta que
intenta mirar hacia adentro, no al corazón, sino a los intrincados pliegues del
cerebro. Se trata de "Brilliant Minds" (estrenada en 2024 como
Mentes Extraordinarias), una serie que, a pesar de sus recientes
altibajos, plantea una pregunta fascinante: ¿y si la realidad que vemos no es
la única que existe?
La Herencia de un
Genio: Oliver Sacks y Zachary Quinto
La serie encuentra su
alma en la obra del célebre neurólogo Oliver Sacks, específicamente en
su icónico libro El hombre que confundió a su mujer con un sombrero.
Zachary Quinto encarna al Dr. Oliver Wolf, una versión ficcionalizada de
Sacks. Wolf no es solo un médico brillante; es un hombre que navega por el
mundo con prosopagnosia (ceguera facial), una condición que le impide
reconocer rostros, obligándolo a identificar a las personas por rasgos aislados
o patrones de movimiento.
Este hándicap no es
solo un detalle clínico; es el eje de su empatía. Wolf entiende a sus pacientes
porque él mismo vive en una realidad fragmentada. Su historia personal, marcada
por un padre con trastorno bipolar y una madre (interpretada por Donna Murphy)
que es tanto su figura de autoridad como su jefa en el hospital, añade una capa
de drama psicológico que eleva la serie por encima del procedimental común.
Fenomenología y el
Escenario de la Mente
Lo más potente de sus
primeros episodios es la exploración de la percepción. La serie nos presenta
casos que desafían la lógica sensorial: desde un hombre que pierde la capacidad
de ver el color hasta una piloto cuya visión se invierte literalmente.
Aquí es donde la serie
roza la profundidad filosófica de Maurice Merleau-Ponty. Como en la
fenomenología, Wolf no trata la enfermedad como un error biológico, sino como
una "forma de estar en el mundo". Esta visión recuerda al trabajo
escénico del director Robert Wilson, quien en obras como Deafman
Glance traducía la percepción del autismo al espacio escénico. En Mentes
Extraordinarias, el hospital se convierte en ese escenario donde lo
"atípico" no es algo que debe ser reparado a toda costa, sino
comprendido.
El Desafío de la
Continuidad: ¿Genialidad o Trivialización?
Sin embargo, mantener
la genialidad es una tarea titánica. La serie cuenta con un grupo de residentes
con arcos diversos:
- Dana Dang: Quien lucha con un conflicto ético sobre
medicamentos restringidos.
- Jacob Nash: El exdeportista que busca su pasión en la
medicina.
- Ericka Edwards: La residente hiper-empática que puede
percibir el dolor de los otros.
A medida que avanzamos
hacia la transición entre 2024 y 2025, la trama ha tomado rumbos divisivos. El
ingreso de Wolf a una clínica psiquiátrica moderna —un lugar que, bajo la
fachada de especialización, parece priorizar el lucro— ha estirado la tensión sobre
su propia cordura de manera extenuante.
Es aquí donde aparece
el síntoma del "procedimental genérico". En episodios recientes,
casos como el del paciente obsesionado con detener el envejecimiento mediante
métodos inusuales, o tramas con situaciones de Halloween, han hecho que la serie
pierda parte de esa potencia mística inicial, acercándose peligrosamente a los
clichés de series como House o Grey’s Anatomy.
Conclusión: La
Búsqueda de la Coherencia
Hacer televisión de
alta calidad es un ejercicio de resistencia. Como sucedió con el final de Game
of Thrones, el público rara vez perdona que una premisa brillante se diluya
en la premura de los guionistas. Por el contrario, series más contenidas y
frescas (como la entrañable The Bear) demuestran que la consistencia es
el verdadero prodigio.
¿Seguiremos viendo Mentes
Extraordinarias? Sí. Porque a pesar de su deriva actual hacia el
"tremendismo" o lo trivial, el Dr. Wolf nos sigue recordando una
lección valiosa: el mundo no es como es, sino como somos capaces de percibirlo.
Quizás, al final del día, todos somos pacientes de nuestra propia mente,
tratando de entender qué significa realmente llevar una vida
"normal".
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